Ok este blog era mudo, era mudo, este blog era mudo. Hasta este post. El 16 le puse un título y ahora el 2 de septiembre le escribo una historia, y ahora le voy a escribir una historia a cada post, mató la onda.
Estabamos con un colega por las extremadamente locuaces calles neoyorkinas y ya nuestra visión se había agudizado hacía unos días. No sólo mirabamos bicis, ahora las fotografiabamos y hasta averiguabamos un poco, siempre se empieza por un poco.
En este caso no sólo chequeamos la bici si no que un loco de la guerra, literalmente, nos contó la historia de esta bici. Allá en el primer mundo, primero empezando de atrás, la gente deja las bicis en la calle con mega candados gigantes. Las deja toda la noche, las deja toda la vida. Y así hasta que fallecen, en este caso Jean se fue a Afganistán y dejó su bici clavada en el Village. Lamentablemente Jean nunca volvió del Medio Oriente, sin embargo su espíritu vive en su barrio, en su bici, el máximo exponente de esta bella persona perdurará por unos cuantos años.
Un cartel borroneado lo explica, lo conmemora, ya voy a buscar esa foto, no se desesperen. Cuestión que este héroe de guerra que pasaba por ahi nos relato la historia con lujo de detalles, tan escalofriantes que no son aptos para la intranet actual, cada vez más light.
Y así por toda la ciuda, si, así.
Ok entonces que onda? y que cuando uno pase al más allá su bici quedará.
Continuará...
